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¿Para qué sirve la vitamina D y cómo tomarla correctamente para prolongar la vida?

Contenido

  1. La dosis y régimen de ingesta
  2. ¿Por qué no tiene sentido tomar mucha vitamina D?
  3. Los estudios y meta-análisis
    1. Trabajos científicos en los que se demuestran los beneficios de tomar dosis bajas de vitamina D
    2. Hipótesis de Dimitrios Papadimitriou
    3. Estudios que no encontraron ningún beneficio de la suplementación de la vitamina D
    4. La causa de las contradicciones en los resultados de los estudios
  4. La conveniencia de la administración de vitamina D durante el tratamiento de las infecciones de las vías respiratorias, incluida la enfermedad de Covid-19

La vitamina D es el nombre común del grupo de sustancias biológicamente activas (colecalciferol, ergocalciferol, sitocalciferol, 2,2-dihidroergocalciferol, etc.). Las más importantes para los humanos son colecalciferol y ergocalciferol, más conocidas como vitaminas D3 y D2, respectivamente. El primero no solo viene con los alimentos, sino que también se sintetiza en las células de la piel por la acción de los rayos ultravioleta, el segundo se puede obtener únicamente de los alimentos.

Las diferentes formas de esta vitamina tienen diferentes ritmos de metabolismo. El más activo biológicamente es colecalciferol (D3), por lo que suelen utilizar los suplementos nutricionales a base de él para compensar la deficiencia de vitamina D.

La función principal de la vitamina D es proporcionar la absorción del calcio y fósforo en el intestino delgado. Además, según varios estudios clínicos la deficiencia de vitamina D en los humanos aumenta los niveles de los marcadores inflamatorios y es también una causa de cáncer y enfermedades cardiovasculares.

Existen varias formas séricas de vitamina D que son adecuadas para detectar su deficiencia mediante métodos de laboratorio basados en análisis de sangre. Para este propósito la más utilizada es 25-hidroxivitamina D (25-OH-vitD) debido a su alta concentración, así como a su prolongado periodo de semidesintegración.

Las pruebas de laboratorio de los niveles de 25-OH-vitD séricos

¿Cómo se debe tomar la vitamina D?

Ahora, se puede determinar la cantidad de vitamina D suplementaria necesaria mediante las pruebas de laboratorio de los niveles de 25-OH-vitD séricos.

  1. Si el resultado de esta prueba es un valor entre 20 y 56 ng/ml (de 100 a 140 nmol/l), se debería tomar la dosis mínima de mantenimiento de 400 UI al día. Lo mismo debe hacerse si, por cualquier motivo, no tiene la oportunidad de realizar esta prueba de laboratorio.
  2. Si el resultado es inferior o igual a 20 ng/ml, es aconsejable una toma adicional de vitamina D3 en una dosis de 400 a 1000 UI por día, y en algunos casos, a decisión del médico tratante, también aún mayor: hasta alcanzar un nivel de 25-OH-vitD en la sangre no inferior a 20 mg/ml
  3. Si el resultado de este análisis muestra un valor superior a 56 ng/ml, entonces no se recomienda tomar suplementos dietéticos con vitamina D: los científicos no han comprobado la seguridad de tal nivel de 25-OH-vitD en la sangre, y, además, ningún estudio ha demostrado los beneficios de tal aumento para mejorar la calidad o aumentar la longevidad.

Los efectos positivos de tomar los suplementos de vitamina D comienzan a tener efecto aproximadamente 3 años después de haber comenzado a tomarlos de forma regular.

Le recordamos, que la vitamina D es parte del programa integrado contra el envejecimiento. Responda nuestra encuesta rápida para obtener información sobre todos los métodos, suplementos nutricionales y medicamentos utilizados en este programa.

¿Por qué no se debe tomar demasiada vitamina D?

En la actualidad hay muchos seguidores de la toma de altas dosis de colecalciferol (más de 1000 UI), cuya opinión está basada en los resultados de los estudios más antiguos que no consideraron muchos factores. La gran mayoría de estas investigaciones eran de carácter observacional, y sus resultados simplemente mostraban que había una asociación positiva entre los niveles más altos de vitamina D 25-OH total y la longevidad.

Altas dosis de colecalciferol

Hagamos aquí una pequeña digresión para entender por qué los resultados de las investigaciones observacionales no son pruebas, sino que solo sirven para construir una hipótesis, que posteriormente debe comprobarse necesariamente con ensayos controlados aleatorios (ECA).

De hecho, siempre hay que recordar que la asociación no es una prueba de causalidad. Por ejemplo, existe una asociación positiva entre tener un encendedor en el bolsillo todo el tiempo y el riesgo de padecer cáncer de pulmón. Con financiamiento se puede organizar cualquier cantidad de estudios observacionales que demuestren claramente esta relación. Sin embargo, el encendedor no es, como comprenderán, la causa del cáncer.

Igualmente, los niveles elevados de 25-OH-vitD en la sangre pueden ser, por ejemplo, un marcador de la exposición frecuente al sol. Un mejor estado de salud en este caso se debe a que una exposición corta y regular al sol aumenta el nivel de óxido nítrico, lo que a su vez reduce los riesgos de diabetes e hipertensión.

Adicionalmente, los niveles altos de 25-OH-vitD también pueden ser un indicador de menor estrés, debido a un mayor tiempo que la persona pasa de vacaciones descansando. Y se sabe que el estrés crónico desencadena una serie de problemas de salud graves. Pasar más tiempo en los balnearios también puede indicar, por ejemplo, una mayor solvencia y, por tanto, el acceso a una atención médica de mejor calidad.

En general, hay muchas explicaciones para el hecho de que la vitamina D, aunque muestra una asociación positiva con la longevidad, puede no ser la causa de la misma.

También vale la pena mencionar al respecto que durante las investigaciones en modelos animales los niveles elevados de vitamina D total en la sangre conducen a una excesiva producción de 1,25-dihidroxivitamina D3. En los ratones de tipo salvaje los niveles elevados de este metabolito provocan hipercalcemia, hiperfosfatemia, calcificación vascular, envejecimiento acelerado y muerte prematura[1].

Mientras tanto, los resultados de todos los ECA sobre la vitamina D indican que su suplementación solo aporta un beneficio significativo si la persona tenía una deficiencia de 25-OH-vitamina D en la sangre (su nivel era inferior a 20 ng/ml) antes del estudio. Por lo tanto, la ciencia no encuentra actualmente ninguna evidencia del beneficio de tomar altas dosis de vitamina D o de tener concentraciones plasmáticas de 25-OH-vitamina D en el organismo por encima de 56 ng/ml.

Investigaciones que confirman los beneficios de tomar suplementos de vitamina D en dosis bajas

La primera vez que los médicos recomiendan la administración de suplementos de vitamina D3 es en la infancia, cuando los pediatras la recetan a los bebés para prevenir el raquitismo. Hasta hace poco el colecalciferol se prescribía en la mayoría de los casos por este motivo.

Sin embargo, hoy sabemos que la vitamina D es una potente hormona activadora de los receptores nucleares que tiene una enorme importancia para el funcionamiento normal del sistema inmunitario humano, así como para la salud humana en general. Una cantidad suficiente de vitamina D en la sangre reduce significativamente la incidencia de padecer cáncer de páncreas, de colon, de mama, de próstata agresivo, de riñón y de otros tipos de tumores malignos[2]. Y su deficiencia aumenta significativamente la probabilidad de desarrollar enfermedades cardiovasculares.

Trabajos científicos en los que se demuestran los efectos positivos de la ingesta suplementaria de vitamina D3 en la salud humana

Ya en 2006, los especialistas de la Universidad de Bonn (Alemania), durante un estudio de 15 meses, demostraron que la terapia con vitamina D3 puede mejorar significativamente el estado inflamatorio de los sometidos que inicialmente presentaban una deficiencia de vitamina D (el nivel medio de 25-OH-vitD en la sangre era de 15,2 ng/ml)[3]. Los resultados de este estudio también revelaron una relación positiva entre las concentraciones elevadas de citoquinas inflamatorias circulantes en la sangre y la progresión de la insuficiencia cardíaca crónica en las personas.

Y ya en 2010, el Instituto Americano de Medicina, basándose en una serie de estudios, emitió una recomendación oficial para mantener los niveles de vitamina 25-OH-vitD en la sangre entre 20-50 ng/ml[4].

Los efectos positivos de la ingesta suplementaria de vitamina D3

Un meta-análisis de estudios observacionales realizado en 2013 por investigadores de la Universidad Médica de Tianjin mostró que la ingesta de suplementos de vitamina D3 en personas con insuficiencia renal redujo significativamente la mortalidad por todas las causas en ellas[5].

El mayor meta-análisis sobre la vitamina D fue realizado en 2014 por científicos de la Universidad de Nis (Serbia)[6]. Los resultados de este trabajo que incluyó 159 ECA fueron publicados en un informe de 257 páginas. Para minimizar los errores durante el análisis se hizo una evaluación del riesgo de sesgo de los incluidos en el análisis estudios. De los 159 ECA solo 56 proporcionaron datos de mortalidad. De ellos cuatro estudios fueron realizados en voluntarios sanos, otros nueve ECA en mujeres posmenopáusicas, y 35 estudios fueron realizados en personas de edad avanzada que vivían solas o en los establecimientos especiales. Los participantes, cuyo número total superaba 95000, tenían edades comprendidas entre los 18 y los 107 años. La duración media del tratamiento con vitamina D era de 4,5 años. Todos los ECA se realizaron en poblaciones de países de ingresos altos, y más de la mitad tenían un bajo riesgo de sesgo. 45 ECA (80%) informaron del estado inicial de la vitamina 25-OH-vitD sérico de los participantes. En 19 estudios los participantes tenían niveles de 25-OH-vitD de 20 ng/ml o superior al inicio del estudio, y en los 26 ECA restantes este nivel era inferior a 20 ng/ml. Cuando los especialistas que realizaron este meta-análisis evaluaron diferentes formas de vitamina D, solo la vitamina D3 (colecalciferol) resultó reducir la mortalidad. El D2, el alfacalcidol y el calcitriol no tuvieron un efecto estadísticamente significativo sobre este parámetro. La vitamina D3 en combinación con el calcio aumentó el riesgo de desarrollar nefrolitiasis. El alfacalcidol y el calcitriol aumentaron significativamente el riesgo de hipercalcemia. En general, los resultados de este meta-análisis indicaron de forma inequívoca que la ingesta de suplementos de vitamina D3 redujo significativamente la mortalidad en la población humana (RR 0,94 (95% IC 0,91-0,98); P = 0,002; I 2 = 0).

Ese mismo año, un meta-análisis realizado por especialistas de la Universidad de California (EE.UU.), que abarcaba estudios realizados entre 1966 y 2013, demostró que una concentración de 25-OH-vitD en suero inferior o igual a 30 ng/ml se asociaba a una mayor mortalidad por todas las causas que una concentración superior a 30 ng/ml (P < 0,01)[7].

Estos resultados fueron confirmados en 2016 por un trabajo conjunto de investigadores austriacos y holandeses[8]. Su meta-análisis, basado en varios extensos estudios de cohortes, demostró que la administración de suplementos que contengan vitamina D3 es segura y se asocia a una reducción moderada pero estadísticamente significativa de la mortalidad.

Obsérvese también que según un estudio[9] el tratamiento con vitamina D3 ha demostrado reducir la frecuencia de las exacerbaciones en pacientes con enfermedad pulmonar obstructiva crónica. Esta grave enfermedad, incurable en la actualidad, reduce drásticamente la calidad de vida y aumenta el riesgo de mortalidad, por lo que resulta alentador que un remedio tan sencillo y cómodo como la suplementación con vitamina D3 pueda proporcionar una terapia de mantenimiento a las personas que padecen EPOC.

La hipótesis de Dimitrios Papadimitriou que no se había confirmado

Pasemos ahora a uno de los experimentos más emblemáticos que fue realizado en 2017 por Dimitrios Papadimitriou, de la Universidad de Atenas (Grecia). Los resultados de este estudio mostraron que los niveles bajos de 25-OH-vitD en la sangre se asocian a un alto riesgo de padecer cáncer colorrectal, cáncer de mama, síndrome metabólico, diabetes de tipo 1 y 2, así como a un mayor riesgo de desarrollar varias enfermedades autoinmunes[10].

Pero lo más curioso es que en el informe de este estudio Papadimitriou señaló un error estadístico en los cálculos del Instituto de Medicina e identificó los niveles de 25-OH-vitD por debajo de 30 ng/ml como peligrosos, sugiriendo que se debería procurar mantener los niveles de vitamina D en la sangre en el rango de 40-56 ng/ml.

Altas dosis de vitamina D3 suplementaria

Este estudio contribuyó a crear la atractiva hipótesis para muchos de que el consumo de altas dosis de vitamina D3 suplementaria puede mejorar la salud y reducir la mortalidad en personas cuyos niveles de 25-OH-vitD son inferiores a 40 ng/ml. Y tales personas, como resultó, son muchas entre la población de los países desarrollados. Aprovechando las ideas de Papadimitriou, muchos medios de comunicación comenzaron a reimprimir los resultados de sus experimentos, popularizando así las altas dosis de colecalciferol, supuestamente necesarias para compensar la deficiencia de vitamina D.

A su vez, los investigadores para apoyar esta hipótesis han realizado otros ECA y a base de ellos han elaborado nuevos meta-análisis, algunos de los cuales han demostrado que el consumo de vitamina D3 suplementaria realmente puede reducir la mortalidad, así como el riesgo de cáncer y de enfermedades cardiovasculares. Sin embargo, estos ECA más bien han corroborado los resultados de los estudios del Instituto Americano de Medicina y han refutado la validez de las conclusiones de Papadimitriou, y no lo contrario. Echemos un vistazo a ellos.

En un estudio de cuatro meses realizado en 2017 por científicos del Instituto de Postgrado de Educación e Investigación Médica (India), la suplementación con vitamina D3 aumentó significativamente la dilatación de la arteria braquial dependiente del endotelio[11]. Mientras que el grupo placebo no consiguió ningún resultado positivo durante el periodo de este experimento.

En este estudio participaron 120 personas de entre 18 y 70 años con insuficiencia renal crónica no diabética en estadio 3-4 y con deficiencia de 25-OH-vitD en la sangre (por debajo de 20 ng/ml). ¿Por qué la muestra era así? El hecho es que una etapa grave de la insuficiencia renal puede servir como modelo in vivo para investigar la calcificación acelerada. O sea, de este modo los científicos comprobaron el efecto del tratamiento con colecalciferol en la función vascular.

El aumento de la proporción de vitamina D en la dieta también condujo a una disminución de la velocidad de la onda del pulso y del volumen de circulación del marcador inflamatorio Interleucina-6. Es decir, en efecto, la vitamina D3 rejuveneció sus vasos sanguíneos en estas personas.

Al mismo tiempo, un año después, el mismo equipo de investigadores informó de que los participantes que constituían el grupo placebo en 2017 recibieron dos meses de terapia con vitamina D3 natural a una dosis de 300000 UI al mes[12]. Esto también generó cambios favorables significativos en la velocidad de la onda del pulso y en los niveles circulantes de interleucina-6, confirmando los resultados del experimento anterior.

En 2018, los especialistas de la Universidad de Ciencia y Tecnología Houari Boumediene (Argelia) realizaron un experimento en el que hicieron un seguimiento a 132 pacientes con insuficiencia renal crónica en la tercera etapa (nivel inicial de 25-OH-vitD en la sangre inferior a 20 ng/ml) durante un año. Una parte de los participantes recibió 30000 UI de vitamina D3 suplementaria mensualmente, mientras que la otra parte se conformó con 200000 UI de colecalciferol una vez en tres meses. Al final de este ECA todos los participantes mejoraron la tasa de filtración glomerular de los riñones, disminuyeron la proteinuria, los niveles de PTH y la proteína C reactiva, y suprimieron la cortisolemia. Los hallazgos de los científicos nos dicen que en los sujetos con deficiencia de vitamina D el tratamiento con colecalciferol es capaz de mejorar la función renal.

Estudios y meta-análisis que no encontraron ningún beneficio de los suplementos de vitamina D

Sin embargo, los datos presentados por Papadimitriou fueron refutados ya definitivamente no por los estudios que demostraron un beneficio de la ingesta de vitamina D suplementaria, sino por los ECA que no lo lograron.

Los especialistas de la Facultad de Medicina de la Universidad de Colorado (EE.UU.) demostraron que la suplementación posmenopáusica con vitamina D3 no reduce los riesgos de osteoporosis y mortalidad en general si el nivel de 25-OH-vitD antes de su uso supera los 20 ng/ml[13].

No beneficio de los suplementos de vitamina D

Los resultados de otro ECA en el que participaron 128 pacientes adultos con insuficiencia renal crónica (el nivel inicial de 25-OH-vitD era superior a 20 pero inferior a 30 ng/ml) indicaron claramente que, tras 6 meses de estudio, que ni el calcitriol ni el colecalciferol en dosis de 2000 ME mejoraron significativamente la dilatación vascular mediada por flujo, ni la función endotelial vascular, ni disminuyeron los marcadores inflamatorios[14].

5108 participantes participaron en un ECA realizado en 2018 por científicos de la Universidad de Auckland (Nueva Zelanda)[15]. La edad media de los sujetos era de 65,9 años, y sus niveles iniciales de 25-OH-vitD en la sangre oscilaban entre 17,5 y 35,5 ng/ml, lo que significa que muchos participantes tenían un valor de este parámetro superior a 20 ng/ml. El tratamiento con vitamina D3 en este ECA durante tres años y medio no redujo el riesgo de contraer cáncer.

Un gran meta-análisis de 2018 no encontró pruebas de que la suplementación con vitamina D3 pueda reducir la mortalidad por cáncer en personas de edad avanzada[16]. Sin embargo, las conclusiones de los autores de este trabajo científico indican que la duración de la mayoría de los estudios incluidos en el meta-análisis fue de aproximadamente 1 año, y que el período de seguimiento más largo tuvo una mediana de tan solo cerca de 6 años. Esto es muy poco para detectar los efectos anticancerígenos. Además, los autores concluyen que los beneficios de la suplementación con suplementos de vitamina D siguen sin estar claros porque los estudios incluidos en la reseña no se realizaron en participantes con deficiencia total de 25-OH-vitD en la sangre ni en personas menores de 60 años.

En uno de los ECA más recientes realizado por investigadores de la Escuela de Medicina de Harvard en 2018, el colecalciferol no logró reducir la mortalidad general de los sujetos[17]. Sin embargo, hay que tener en cuenta que la mayoría de los 15787 participantes en este ECA tenían un nivel medio de 25-OH-vitD sérico de 30,8 ng/ml al inicio del estudio, y solo el 12,7% tenía niveles de 25-OH-vitD inferiores a 20 ng/ml. Es decir, la mayoría de los sujetos del estudio no tenían deficiencia de 25-OH-vitD antes del inicio del seguimiento.

Además, cabe señalar que en dicho ECA, todos los participantes eran mayores de 50 años. Es importante porque estudios anteriores han demostrado que, por ejemplo, en las mujeres posmenopáusicas solo la corrección de la deficiencia de 25-OH-vitD desde niveles inferiores a 20 ng/ml se asoció con certeza con la disminución de la mortalidad. Es decir, puede no tener sentido aumentar los niveles de 25-OH-vitD por encima de 20 ng/ml después de los 50-55 años. Sin embargo, el estudio de la Escuela de Medicina de Harvard duró solo 6 años, por lo que no vale la pena sacar conclusiones inequívocas del mismo. Es posible que los efectos protectores de la suplementación con vitamina D3 en las personas de edad avanzada pueden manifestarse con un seguimiento más prolongado: tales casos son conocidos por la ciencia.

Sin embargo, un meta-análisis realizado el mismo año por investigadores de la Universidad de Carolina del Norte demostró que la ingesta de suplementos de vitamina D en personas de 50 años o más no reducía su mortalidad y no tenía beneficios para la salud de estas personas si su nivel de 25-OH-vit antes del inicio del experimento superaba los 20 ng/ml[18].

Entonces ¿por qué hay tanta diferencia en las conclusiones de los estudios sobre la vitamina D?

Los resultados de muchos ECA y meta-análisis indican que la vitamina D es realmente muy importante. Pero parece que una cierta parte de la población mundial, debido a la genética o alimentación, posee algún nivel óptimo, mínimamente necesario para la salud, de 25-OH-vitD, cuyo aumento no brinda ningún beneficio a estas personas. Los ECA y los meta-análisis demuestran que el tratamiento con vitamina D3 solo proporciona beneficios adicionales cuando la suplementación aumenta la 25-OH-vitD en los pacientes desde niveles sanguíneos inferiores a 20 ng/ml hasta valores superiores a este nivel.

Varios estudios de actualidad confirman estos resultados.

Colecalciferol

En 2017, especialistas del Centro Alemán de Investigación Oncológica (Alemania) pudieron demostrar en una muestra de personas de 50 a 75 años que la efectividad del tratamiento con vitamina D3 para reducir la mortalidad depende del nivel inicial de 25-OH-vitD en la sangre[19]. Si en los sujetos antes del inicio de la observación el nivel indicado estaba en el rango de 12-20 ng/ml, el aumento de estos niveles con el tratamiento con vitamina D3 redujo la mortalidad de manera bastante insignificante durante los próximos 5 años. Sin embargo, si el nivel inicial de 25-OH-vitD en la sangre era inferior a 12 ng/ml, una terapia similar producía una reducción mucho mayor de la mortalidad entre los sujetos.

Y las conclusiones de un gran meta-análisis realizado por científicos europeos en 2017 apuntaron directamente a la causa por la que muchos ECA no han demostrado la efectividad de la suplementación con vitamina D3 en la reducción de la mortalidad por enfermedades cardiovasculares, diabetes y cáncer[20]. Al realizar esta reseña los especialistas pudieron responder a varias preguntas importantes:

  1. ¿Por qué la reducción de la mortalidad por la ingesta de suplementos de vitamina D3 solo se ha encontrado en 8 de los 12 meta-análisis?
  2. ¿Por qué la ingesta de suplementos de vitamina D3 redujo la presión arterial solo en 2 de 9 meta-análisis?
  3. ¿Por qué la ingesta de suplementos de vitamina D3 redujo la depresión solo en 1 de los 4 meta-análisis?
  4. ¿Por qué la ingesta de suplementos de vitamina D3 redujo las infecciones de las vías respiratorias solo en 3 de los 7 meta-análisis?

etc.

Resultó que solo 1/3 de los ECA revisados por expertos europeos incluyeron en el estudio a participantes con una deficiencia de 25-OH-vitD en la sangre (menos de 20 ng/ml) de forma excepcional.

Por tanto, podemos concluir que la mayoría de los ECA publicados se realizaron en poblaciones sin deficiencia de 25-OH-vitD en la sangre. En otras palabras, esos meta-análisis que no registraron un efecto beneficioso de la terapia con vitamina D3 no refutan de ninguna manera la hipótesis establecida en experimentos de observación sobre el daño de los niveles plasmáticos bajos de 25-OH-vitD para la salud humana.

Se observa una disminución de la presión arterial, depresión, riesgo de diabetes, enfermedades cardiovasculares y oncológicas solo en aquellos estudios en los que el nivel de 25-OH-vitD en pacientes antes de comenzar la terapia con vitamina D3 era menor o igual a 20 ng/ml.

El resultado del tratamiento de la insuficiencia renal crónica también depende directamente de los valores de 25-OH-vitD, que se registraron en el momento del inicio del estudio. Si los sujetos tenían estos valores menores o iguales a 20 ng/ml, entonces, de acuerdo con los resultados del experimento, la vitamina D3 aumentó significativamente la dilatación dependiente del endotelio de la arteria braquial para tales personas, condujo a cambios favorables en la velocidad de propagación de la onda de pulso y el nivel circulante del marcador inflamatorio interleucina-6, mejoró la tasa de filtración glomerular de los riñones, disminuyo la proteinuria, los niveles de PTH y los marcadores de inflamación, suprimió la cortisolemia y, además, redujo con certeza la mortalidad general.

Otra causa de la ausencia de efectividad de la terapia con vitamina D3 en varios estudios es el período de seguimiento demasiado corto.

Un meta-análisis de estudios realizados en 2013 por investigadores chinos del Instituto de Enfermedades Respiratorias (China) mostró que la ingesta de vitamina D3 es eficaz para reducir la mortalidad solo si se cumple la condición que ya hemos expresado repetidamente anteriormente (el nivel de 25-OH-vitD en la sangre es inferior a 20 ng/ml), pero incluso si se cumple esta condición, la duración de la observación debe ser no menos de 3 años[21].

Por cierto, muchos estudios grandes de esa época mostraron una eficacia pequeña pero estadísticamente significativa de la terapia con vitamina D3 para reducir el riesgo de cáncer solo si la observación de los sujetos duraba más de 10 años [22][23]. Por eso es importante recordar que la gran mayoría de los ECA que no mostraron reducción del riesgo de padecer cáncer con la ingesta suplementaria de vitamina D3 duraron alrededor de un año en promedio.

La conveniencia de tomar vitamina D durante el tratamiento de infecciones de las vías respiratorias, incluida la enfermedad Covid-19

A menudo la prensa dice que en pacientes graves infectados con Covid-19 el nivel de 25-OH-vitD disminuye significativamente y esto supuestamente significa que dichos pacientes necesitan consumir vitamina D adicional para una rápida recuperación.

Sin embargo, se observa una disminución de 25-OH-vitD en una amplia gama de enfermedades y, en todos estos casos, la terapia con vitamina D no da resultados positivos. Por ejemplo, la administración de altas dosis de vitamina D, según los estudios, no reduce el riesgo de neumonía en los lactantes[24] y no acelere la recuperación de las infecciones de las vías respiratorias inferiores[25].

Tomar vitamina D durante el tratamiento de infecciones de las vías respiratorias

Un ECA con participación de 2259 personas de entre 45 y 75 años, realizado conjuntamente por investigadores estadounidenses y británicos, mostró que el tratamiento con vitamina D3 a una dosis diaria de 1000 UI no podía reducir la frecuencia y duración de las infecciones de las vías respiratorias superiores en personas adultas con niveles iniciales de 25-hidroxivitamina D séricos superiores a 12 ng/ml[26].

En general, un nivel bajo de 25-OH-vitD es un marcador de que una persona está estresada y propensa a la depresión, y también rara vez se expone al sol. Las experiencias negativas aumentan los niveles de las llamadas hormonas del estrés: adrenalina, noradrenalina y cortisol. Cada uno de ellos afecta a nuestro organismo a su manera. La activación de los receptores adrenérgicos por la adrenalina altera la función inmunológica [27][28]. Los niveles elevados de cortisol también suprimen la respuesta inmunitaria, lo que puede aumentar el riesgo de contraer resfriados, coronavirus u otras enfermedades respiratorias. Por ejemplo, se registró que en los niños un aumento en los eventos de ansiedad en la familia contribuyó al desarrollo de estreptococos e infecciones de las vías respiratorios superiores: los síntomas de estas enfermedades aparecieron dentro de las dos semanas siguientes al aumento de los acontecimientos desagradables en la familia[29].

Si una persona rara vez se expone al sol, también tiene una disminución de vitamina D. Pocas personas salen a caminar todos los días cuando están enfermas. Pero nuestra piel contiene diez veces más reservas de óxido nítrico que en el espacio vascular general. Estas reservas pueden liberarse al torrente sanguíneo mediante la exposición a la radiación ultravioleta del sol. Luego se activa un mecanismo, como resultado del cual el óxido nítrico, independientemente de la insulina y el IGF-1, promueve una mejor penetración de la glucosa en la célula. Este proceso se refleja en la mejora del índice de resistencia a la insulina[30][31].

Por lo tanto, una disminución de la vitamina D en personas con coronavirus (Covid-19) es un fenómeno completamente natural. La prescripción de suplementos de vitamina D durante esta u otras enfermedades respiratorias no tiene una efectividad demostrada.

Alexey Fedintsev
Escrito por
Alexey Fedintsev
Experto científico

Realimentación

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